La malinterpretación por la cual ubico aquella noche me hace remontar a cuando dos individuos tratan de conocerse pero se encuentran un poco a la defensiva, suponiendo que es un miedo natural que se suele adoptar por la presencia de cada uno.Imagen
Mis citas años atrás eran fáciles de obtener, despreocupadas, espontáneas y entretenidas, llenas de conversaciones vagas y sin ningún propósito en particular, superficialidades y estados climáticos (por lo regular estaba presente la lluvia).
Eso si, muy pretenciosas cuando se trata de hablar de ti mismo, he de decir que nunca he sido una mujer que se distinga por lucir particularmente femenina o comportarme como las revistas aconsejan, mis ideas digamos «radicales» no me lo permiten, aun así, me jacto de poder mantener conversaciones mas intelectuales y de interés que algunas de las mujeres que he conocido hasta hoy y eso me reconforta (no debería honestamente).
Retomando el comentario de aquella noche que te conocí, si desconfié un poco del regalo (la foto), al preguntar el por que del obsequio una rarez se apoderó de mí, sentí un poco de pena por no poder  corresponder a dar una aportación, sin embargo, puedo decir ahora que alguna vez alguien en una primera cita me obsequio un CD de Portishead dentro de un diskette «bien» retro.
Extraño ese tipo de citas, mas no las relaciones… O mejor dicho me gusta sentir la nostalgia de aquellos tiempos.
Salud!